Ya te digo.
Es que aunque vayas por primera vez y veas una caseta en medio del monte, al pie de una pilona. Seguro que piensas que dentro está el tesoro de los tesoros y tiras la puerta para pillarlo. Y nada más lejos de la realidad, ni una herramienta, un motor atornillado al hormigón, una red de protección y cuatro o cinco balizas rojas. Aún así siguen entrando por si pillan algún taladro láser de tecnología nuclear, de los de millón de euros, en fin.
Por lo menos con la barrera se impide el paso de coches, pero tranquilos que se la cargarán para subir a ver si ya está el taladro.
Oye, cojonuda la imagen del porrazo. Buffff, qué daño.
Un saludo