La estación de La Pinilla cumple cuatro décadas co

La estación de La Pinilla cumple cuatro décadas como principal motor de desarrollo de la zona con la aspiración de lograr la estabilidad
f.d. (ical) / segovia

Fue a mediados de los años 60 cuando José Pirinoli, un aficionado a los deportes de invierno, se lanzó de forma decidida a crear una estación de esquí cerca de la localidad segoviana de Riaza. Ideó a La Pinilla como uno de los principales motores turísticos de la zona nordeste de la provincia y así se la sigue considerando, ya que se enclava en la comarca más deprimida y menos poblada de Segovia.
En estas cuatro décadas, las pistas de La Pinilla han estado cubiertas de etapas más blancas y otras más oscuras, con temporadas de fuertes pérdidas económicas y otras más rentables, así como con drásticos cambios de gestión, en las que ha habido administración privada y pública.
El actual director de La Pinilla, Ramón Valle, asegura que este año esperan obtener beneficios gracias a la buena climatología que ha predominado desde el punto de vista invernal. Esperan alcanzar la cifra de 100.000 usuarios al final de la campaña, lo que permite saldarla con números positivos. Aunque no tiene abiertos sus 20 kilómetros esquiables, sí están asegurados 17, muchos más que los que hubo hace tres temporadas cuando apenas se pudo abrir la estación por falta de nieve.

actos especiales. Pero este año es especial por cumplirse los 40 años de su creación. Para ello se han organizado una serie de actos que comenzaron anoche con una fiesta en la base de las instalaciones invernales, además de una llamativa bajada de antorchas por las pistas.
Ramón Valle elude implicarse en el futuro que debe darse a la estación de esquí, algo sobre lo que llevan discutiendo políticos de todos los signos desde hace años para tratar de consolidar a la estación y conseguir que se asegure su autofinanciación. Pero casi siempre esto lo decide la climatología.
Más claro lo tiene el alcalde de Riaza, Benjamín Cerezo (PP), quien asegura que no es preciso «quedarse parados y es necesario seguir invirtiendo en modernizar las instalaciones». Pero lo que tiene claro es que La Pinilla se ha consolidado como un «motor de desarrollo de toda la zona a través del turismo».
En todo caso apunta que también son muchos los que visitan la zona debido al atractivo medioambiental que tiene el municipio y recuerda que en la villa se asientan muchos negocios al albur de la estación, como restaurantes, hoteles y empresas de turismo activo, así como industrias como una que incluso exporta prendas de ropa de esquí.

curiosidad. Lo primero que llama la atención de La Pinilla es que su actual propietario es el Ayuntamiento de Riaza, de 2.000 habitantes, aunque se encuentra en otro término municipal, el de Cerezo de Arriba, con 180 habitantes. El Consistorio riazano creó una empresa municipal para gestionar la estación tras comprarla por una peseta en el año 2000. Fue una compra simbólica, ya que se la traspasaron otras administraciones tras una década de balances positivos y negativos en la que la Junta de Castilla y León, Caja Segovia y la Diputación Provincial se habían hecho cargo de la instalación.
Uno de los momentos de mayor flaqueza llegó en 2002, cuando, a punto de abrirse la temporada, la plantilla, integrada por quince personas con contratos fijos, amenazó con una huelga y denunció que llevaba dos meses sin percibir su sueldo.

subvenciones públicas. Así, las subvenciones públicas han ayudado a La Pinilla a salvar campañas, si bien no es menos cierto que también han levantado recelos en otras zonas de la Comunidad, convencidas de que el resto de estaciones no recibían igual trato por parte del Ejecutivo autonómico.
Eso sí, la gestión económica depende, hoy por hoy, única y exclusivamente de los ingresos que se obtienen de los esquiadores y su plantilla está formada hasta por 70 personas, lo que da idea de la evolución que ha tenido esta estación.
Además de para estos y otros muchos datos, en la historia de La Pinilla hay también un hueco para el 17 de febrero de 1996, el día más negro de sus 40 años de periplo debido a la muerte en sus pistas de dos esquiadores.

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